MEDIOS Y RED-MEDIOS

Nueva escaramuza entre televisoras
Por: Gerardo Soriano Palma


Después de 40 años sin competencia, en la década de los 90 se vivió por primera vez en nuestro país la llamada “guerra de las televisoras”. ¿La recuerda? Fue después de que Ricardo Salinas Pliego adquiriera Imevisión, para dar paso a TV Azteca.
La guerra, cuyas armas eran desplegados publicados en periódicos de circulación nacional, e incluso en anuncios espectaculares, tuvo su cúspide cuando TV Azteca, con justa razón, y utilizando un término actual, “troleaba” a las huestes del joven Emilio Azcárraga Jean mofándose del poco rating de sus telenovelas y noticieros, especialmente, de 24 Horas.
En algún momento, la batalla entre estas empresas se extendió a otras emisiones como los tristemente célebres, Fuera de la ley (después Duro y Directo) de Televisa, y Ciudad Desnuda, de TV Azteca, donde estos últimos presumían su ventaja en la audiencia.
Como le memoria suele ser tan corta en el ciudadano de a pie, en el lejano 1993 TV Azteca publicaba desplegados como “¿Quién es quién en las telenovelas?”, donde se vanagloriaba sobre los altos niveles de audiencia de “Mirada de mujer”, o daba a conocer ratings en los que mostraba que en el Valle de  México Javier Alatorre estaba por encima de Jacobo Zabludovsky. En respuesta, quizá usted lo recuerde,  Televisa difundía una publicidad donde se veían a sus periodistas estrellas con la leyenda: “Nuestro compromiso es con usted... experiencia de verdad”.
Hoy, se vive una ligera escaramuza entre ambas televisoras, por la fotografía donde se ve a Joaquín López Dóriga viendo el partido de México contra Brasil por Azteca 7.
Resulta interesante -y triste, por cierto-, que un periodista como Ciro Gómez Leyva, empleado, al fin y al cabo, de Televisa, (como conductor de “Tercer Grado”) se preste como sparring y salga a dar la cara por esa empresa dando a conocer los ratings que demuestran que la televisora de Azcárraga supuestamente está adelante en las preferencias de los televidentes.
Digo “supuestamente”, porque la credibilidad de Ibope México no es la mejor, al grado que en el 2012 los del Ajusco decidieron romper con esa encuestadora aduciendo que ellos “destruyeron el rating”.  
Así las cosas, con este monopolio de Ibope en la medición de las audiencias por televisión, ¿quién puede afirmar que sus métodos y la tecnología usada es eficiente para arrojar resultados fidedignos, que más parecen cifras manufacturadas a modo para dar gusto a los reyes cuya corona es un logo amarillo?
Y una pregunta final: ¿por qué habríamos de creerle a un periodista que ha dado por buenas encuestas de sondeos políticos, para después pasar a decir “fallamos”?
Twitter: @gersoriano


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